Las 7 Llagas de Cristo (The Seven Wounds of Christ) – An Excerpt
Las 7 Llagas de Cristo por Fred Hartley
Zona cero: El lugar en la superficie de la tierra por encima y por debajo donde impacta una bomba nuclear. El punto central de una idea con cambios acelerados o de actividad intensa.
La cruz de Cristo indica la zona cero para todo el género humano, a lo largo de la historia de la humanidad. Los sufrimientos de Jesús, cuando Él recorrió la Vía Dolorosa, el camino del dolor, hasta el lugar de su crucifixión, formaron una explosión nuclear de proporciones épicas e impactaron todo por encima de la cruz y por debajo de ella: la justicia y la misericordia de Dios por encima, y las desesperadas heridas de la humanidad por debajo. Recorreremos en este libro los lugares donde se produjeron las 7 llagas de Cristo y descubriremos la obra explosiva de Cristo que no destruye, sino que sana a las personas heridas, que han sufrido un trato despiadado. La combinación de las heridas de Cristo constituye el punto central de la redención que produce el cambio de vida más acelerado y la más intensa actividad de sanidad en cualquier parte del planeta.
Reconozcámoslo: estamos heridos y nos desangramos. Cada uno de nosotros hemos recorrido nuestra propia vía dolorosa y tenemos nuestras propias formas de enfrentar el sufrimiento, aunque las heridas nos lleguen de maneras despiadadas e inesperadas —ya sea de tipo financiero, emocional, matrimonial, moral o físico—. Algunos de nosotros nos rascamos obsesivamente las costras solo para hacerlas sangrar nuevamente, mientras que otros tratamos de apartar la mirada en señal de negación. Tal como escribió sabiamente C.S. Lewis: “El dolor insiste en ser atendido. Dios nos susurra en nuestros placeres, nos habla a nuestra conciencia, pero grita en nuestros dolores: que son el megáfono que Él usa para despertar a un mundo sordo”.1 Tenemos que enfrentarnos tarde o temprano a la sinfonía, sin importar cuán mal suene. Las heridas requieren atención.
Siempre es más fácil enfrentar nuestras heridas, cuando sabemos que hay una cura. Las llagas de Jesús hacen justamente eso. Las heridas de Jesús no son para las personas religiosas, sino para los heridos. No hay nada religioso en la cruz. Jesús no fue crucificado en una iglesia entre dos candelabros; Él fue clavado en una cruz que se interponía entre dos ladrones. Por esta razón, este libro no es tanto para las personas religiosas sino para aquellas que están dispuestas a afrontar sus heridas. Las palabras del profeta hebreo Isaías explican bien la verdad sobre las heridas de Jesús que tenían la intención de sanar las nuestras: “Ciertamente El cargó con nuestras enfermedades / y soportó nuestros dolores… Él fue traspasado por nuestras rebeliones, / y molido por nuestras iniquidades”2. Las heridas de Jesús son nuestras heridas, y Sus heridas son para nuestra sanidad. De alguna manera, nuestros caminos de dolor convergen con su camino de dolor, mientras recorremos la Vía Dolorosa. ¡Pero no nos adelantemos! Descubriremos nuestra sanidad a medida que avancemos un paso y una herida a la vez.
No se equivoque: ¡la cruz es un escándalo! Incluso el predicador del primer siglo, Pablo, dijo que predicó “a Cristo crucificado. Este mensaje es motivo de tropiezo [skandalon]”.3 Un skandalon era un trozo de madera móvil que servía de gatillo en una trampa. Era
como un retoño de árbol oculto y doblado que se usaba para atrapar las presas. Aquellos de nosotros que alguna vez nos hemos sentido estafados, engañados y escandalizados en la vida, descubriremos que contamos con un amigo que es Jesús, quien fue víctima del mayor escándalo que alguno de nosotros se pueda imaginar. No importa cuán profundas sean nuestras heridas o cuán agudo sea nuestro dolor, las heridas de Jesús son más profundas.
Este libro nos llevará a un viaje paso a paso a lo largo de la Vía Dolorosa, donde examinaremos cada una de las siete llagas de Jesús en los lugares donde Él las recibió. Comenzaremos nuestra discusión sobre cada llaga con una explicación médica de lo que Jesús experimentó. Sí, una explicación científica realista. Primero queremos comprender cómo era Jesús, como hombre del primer siglo, con el fin de mantener la objetividad de nuestro estudio.
Cada capítulo contiene tres secciones. La primera se titula La entrega de Cristo. Agrupamos con demasiada frecuencia las llagas de Cristo en un solo incidente violento e injusto y, por lo tanto, perdemos el impacto más amplio de su sufrimiento. En realidad, cada una de las heridas de Jesús corresponde a una decisión voluntaria e individual de sometimiento por parte de Cristo. Él se sometió voluntariamente a siete experiencias distintas de dolor extraordinario, cada una con un propósito redentor particular.
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Sobre el autor
Fred Hartley es pastor principal en Atlanta, Georgia y Presidente del Colegio de Oración Internacional. Ha escrito veinte libros incluyendo Oración en Fuego y Dios en Fuego. Conducir a la gente a un encuentro con la presencia manifiesta de Cristo es su pasión. También disfruta corer, jugar al golf y pasar tiempo jugando con sus nietos.
Sobre el libro
Fred Hartley comparte cómo las llagas de Cristo en la cruz representan la totalidad de su expiación y cómo cada una corresponde de manera individual a una sanidad obvia en nosotros, en su libro Las 7 llagas de Cristo.